El Tuma-La Dalia uno de los 13 municipios que conforman el departamento de Matagalpa fue creado por la Asamblea Nacional el 17 de agosto de 1989. La circunscripción municipal abarca territorios que antes pertenecieron a los municipios vecinos de San Ramón, Matiguás y Matagalpa.

CORTE DE CAFE DAMA EL TUMA LA DALIA

El territorio de El Tuma-La Dalia fue poblado antiguamente por pueblos aborígenes de los cuales dan fe los vestigios y sitios arqueológicos descubiertos recientemente en varias comunidades, no se puede datar con exactitud la fecha en que fue poblado, sin embargo los estudios arqueológicos actuales nos dan una idea acerca del periodo en que vivieron los pueblos originarios de estas tierras, sus etnias, sus costumbres y sus lenguas de las que sobreviven algunas toponimias como kalkale, kukama, (lugar o lugar de los muertos), yale (pescado), bulbule (pollito), wasaka (agua de las piedras), tapasle (lugar de los zacatales), kukalam (el cerro de La Vieja), kilile y tuma (lengua) todas pertenecientes a la casi extinta lengua matagalpa.

Se ha encontrado cerámica y restos arqueológicos con influencias diversas que datan -de acuerdo a su tipología y características- a tiempos precolombinos. Por ahora es difícil precisar cuáles fueron las poblaciones aborígenes que habitaron el territorio en esa época, pero gracias a los estudios hasta ahora realizados se afirma que su transformación cultural y lingüística se produjo por su contacto con europeos y mestizos, que al igual que el resto de la región central de Nicaragua, provocó que los pueblos no desaparecieran sino que solamente se transformaran sus costumbres, su cosmología, su lengua y sus tradiciones, a raíz del contacto con europeos que invadieron este paraíso para plantar el café que más tarde se convirtió en la base de la economía de El Tuma-La Dalia.

Las primeras familias europeas en llegar a este territorio fueron los Elster, de origen alemán, en la segunda mitad del siglo XIX, y los Bolt a principios del siglo XX, también de origen alemán; sus anécdotas sobre su contacto con poblaciones aborígenes se han pasado de generación en generación como testimonio oral de épocas remotas y de características territoriales y culturales totalmente diferentes a las actuales.

A principios del siglo XX llegaron a lo que hoy es La Dalia, cabecera municipal, las familias Hernández y Martínez las primeras familias mestizas en llegar a estos lugares paradisíacos y establecerse en ellos.

A partir de estas épocas se dieron oleadas de mestizos y europeos empujados por el auge del café y a la facilidad de obtener tierras aptas para la caficultura sin ningún costo económico por tratarse de tierras consideradas nacionales invisibilizando la tenencia comunal de la tierra de nuestros antepasados, sus costumbres, normas y su relación armonice con la tierra.

De esta manera se establecieron las primeras haciendas cafetaleras entre las cuales figura la de la familia Haslam, en la zona de Wasaka, la cual heredó su nombre a la cabecera municipal “La Dalia”.

Macizo de Peñas Blancas,

Los aborígenes pasaron a formar parte de las haciendas y significaron para los comensales hacendados, mano de obra barata y muy productiva por su vigor. Esta interacción transformó rápidamente la cultura local puesto que los aborígenes abandonaron sus lenguas originales para comunicarse con sus patrones en castellano y adoptaron las costumbres de estos y en casos extremos hasta sus apellidos, razón por la cual algunos apellidos son muy comunes en la zona tales como Hernández, Martínez, Arauz, López, Pineda, Gutiérrez, entre otros.

A partir de estas épocas se dieron oleadas de mestizos y europeos empujados por el auge del café y a la facilidad de obtener tierras aptas para la caficultura sin ningún costo económico por tratarse de tierras consideradas nacionales invisibilizando la tenencia comunal de la tierra de nuestros antepasados, sus costumbres, normas y su relación armonice con la tierra.

De esta manera se establecieron las primeras haciendas cafetaleras entre las cuales figura la de la familia Haslam, en la zona de Wasaka, la cual heredó su nombre a la cabecera municipal “La Dalia”.

Los aborígenes pasaron a formar parte de las haciendas y significaron para los comensales hacendados, mano de obra barata y muy productiva por su vigor. Esta interacción transformó rápidamente la cultura local puesto que los aborígenes abandonaron sus lenguas originales para comunicarse con sus patrones en castellano y adoptaron las costumbres de estos y en casos extremos hasta sus apellidos, razón por la cual algunos apellidos son muy comunes en la zona tales como Hernández, Martínez, Arauz, López, Pineda, Gutiérrez, entre otros.

Entre los elementos más importantes que llevaron a la rápida colonización del territorio que hoy es El Tuma-La Dalia destacan los siguientes:

El territorio es atravesado por una antigua ruta que comunica el Pacífico con el Atlántico nicaragüense, en tiempos antiguos transitadas por aborígenes de a pie que efectuaban trueques de productos entre ambas regiones, más tarde por mulas arridas por muleros durante varios días de tramo en tramo.

Fruto del café

La caficultura se complementó con otras actividades agrícolas y pecuarias haciendo del actual territorio de El Tuma-La Dalia una zona próspera y atractiva, lo que aceleró el crecimiento demográfico producto de las inmigraciones en búsqueda de oportunidades de prosperidad o establecimiento.

El Tuma-La Dalia ha sido a lo largo de su historia reciente un puerto terrestre desde donde se abastecen comunidades y municipios vecinos, su dinámica actividad económica y la buena gestión de su gobierno municipal han convertido a este municipio en un referente nacional de crecimiento y desarrollo económico y social ubicándolo como el segundo municipio en importancia después de Matagalpa, la cabecera departamental.

La prosperidad que ha alcanzado y el potencial que posee se puede ver en sus instalaciones turísticas, el comercio, su sistema productivo, la infraestructura vial y su cobertura hacia -casi- el total de sus comunidades.

Además de la infraestructura y oferta turística, en la actualidad el municipio cuenta con una impresionante variedad de potenciales turísticos diversos, que van desde encantador paisaje de nebliselva que existe en la reserva protegida Macizo de Peñas Blancas, una de las máximas alturas del país y testimonio vivo del nacimiento de Centroamérica con una inigualable biodiversidad, da cuentas de la última era glacial de nuestro planeta; fincas con potencial agroturistico, ríos, lagunas, cañones impresionantes, sitios arqueológicos, aguas termales, parques acuáticos, hoteles para todos los gustos y comodidades y gastronomía tradicional.

A todo esto se puede acceder fácilmente gracias a las vías de comunicación que existen y a la seguridad, se puede disfrutar de todas esas bellezas libremente y sin costos exorbitantes.

El Tuma-La Dalia es un tesoro natural y cultural que se puede descubrir y disfrutar acompañado de la calidez y encanto de su gente como en un balcón impresionante en las alturas del norte nicaragüense.

El desarrollo actual tiene su punto de partida en el siglo XIX, cuando los incipientes asentamientos de El Tuma y Caratera acogieron a familias emigrantes, que llegaron con la intensión de incursionar en el cultivo de café.

canasto de carrizo

Posteriormente se fue formando la población de La Dalia, con el encadenamiento de casas que se ubicaron sobre terrenos de la familia Hernández, en el cruce de caminos entre Wasaka y la Hacienda La Dalia.

La organización administrativa del 17 de agosto de 1989, considerando la relación geográfica y los vínculos socio-económicos, oficializó como municipio El Tuma-La Dalia y designó como cabecera municipal al poblado de La Dalia.

Artesanías

Se elaboran canastos de carrizo en los talleres, donde con gusto te explicarán el proceso de producción de estos hermosos canastos. Podés aprender la elaboración de una de estas fabulosas piezas guiado por los artesanos del taller. Están ubicados en la comunidad de Malacal, La Castilla.

Oficios o prácticas tradicionales  

Cortador de café: son quienes se dedican a la colecta del grano maduro, es una actividad que moviliza muchas personas en grupos familiares y que dinamiza la economía de todo el municipio con ocupaciones varias en el proceso de producción.

Parteras: mujeres que han heredado el oficio de sus madres y abuelas para aconsejar y asistir a las mujeres embarazadas al momento del parto.

Leyendas locales: La cueva del duende, La llorona y El sisimique.

Galería de Imágenes

Mapa de la Oferta Turística

2024-04-09T22:38:35+00:00

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