Amanecer en Amerrique
Chontales es un departamento de marcados y hermosos contrastes y una tierra celebrada por “puetas” y cantores. “Donde los ríos son de leche y las piedras cuajadas”, es una alusión a su rica y centenaria tradición ganadera.
La frase: “Chontales es bello”, no está alejada de la realidad. Su intrincada geografía discurre entre cuatro definidas áreas climatológicas: la zigzagueante zona costera en el lago Cocibolca (90 kms.), los amplios llanos que hacen horizonte y donde se establecieron las antiguas haciendas ganaderas; la portentosa sierra de Amerrique y el inicio de la vasta altiplanicie del Caribe.
El pueblo chontaleño es de reconocida hospitalidad, laboriosidad y humildad. Fue aquí donde el mítico campisto chontaleño, centauro para algunos, tejió sus proezas lidiando con los más bravos toros entre lo inhóspito del entorno natural.
Las festividades tradicionales inquietan la alborada al ritmo de chicheros cuando el pueblo concurre a las alegres dianas. Las tardes taurinas celebran una herencia de bravos toros y valientes jinetes, mientras el “morir soñando” incita el paladar y aviva el ánimo de quienes se aventuran a probarlo.
Ordeño tradicional
Culturalmente, Chontales ha impregnado su nombre con letras doradas en la identidad nacional. La valía de su educación es revalidada año con año. Por ser una antigua zona de convergencia cultural y lingüística, su historia sigue cautivando a estudiosos y exploradores que aun debaten en la complejidad de su rica arqueología.
La superficie departamental de 6,481 kms.² integra a diez municipios: Juigalpa, su cabecera departamental, celebra las más populares fiestas taurinas de Nicaragua. La Virgen de la Asunción es su santa patrona. Sus museos y el zoológico son de reconocida fama nacional. La ciudad fue establecida en el “sagrado valle del Mayales”, milenariamente resguardado por Amerrique, la montaña que algunos creen dio nombre a nuestro continente.
Acoyapa tiene en el archipiélago El Nancital, su más preciado recurso natural. 27 islas habitadas por familias de pescadores y un ambiente lleno de tranquilidad y belleza escénica. Santo Tomás, con un clima privilegiado, se afianza como la tierra del mejor quesillo de Nicaragua. Villa Sandino guarda en el Parque Arqueológico Piedras Pintadas (Patrimonio Histórico de la Nación), su más rico y antiguo registro ancestral. El Coral goza de una opulenta actividad ganadera que ahora combina con nuevos y diversos cultivos, como el café.
Archipielago de El Nancital
En San Pedro de Lóvago, la naturaleza se esmeró en los saltos de Kilona, Zanzíbar y el cañón de Sacaguacal. El santuario del Señor de Esquipulas reúne cada enero a miles de promesantes que dan testimonio de lo milagroso de las aguas del pozo allí excavado. La Libertad y Santo Domingo han tejido una centenaria y dorada historia. El preciado metal colma sus campos y en el horizonte se imponen las figuras de Punta Tumbé y Peña Blanca.
San Francisco de Cuapa es una tranquila población enclavada entre un amplio valle y las altas montañas, justo el lugar donde la Virgen María se le apareció a un campesino para compartirle un mensaje de paz. Comalapa es considerada la población más antigua de Chontales. Su iglesia es una referencia en la zona y sus extensas haciendas ganaderas siguen albergando pintorescos personajes y mágicas relatos.
La variada gastronomía chontaleña, elaborada principalmente de maíz, carne y leche, te va a gustar por su sabor y colorido. La sopa de huevos de toros es una exquisitez a probar. Si visitas una finca chontaleña, en las primeras horas del día, debes probar un buen guacal de leche con pinol junto a la vaca recién ordeñada.
Chontales es una tierra de leyendas, oro y leche. Recorre sus campos y disfruta con su gente la alegría de sus tradiciones. Celebra su cultura y la riqueza de su historia. Chontales, te va a encantar.
