El legado artístico de la época precolombina se manifiesta ampliamente en la zona, a través de sitios con montículos, arte rupestre, esculturas totémicas, metates o piedras de moler, variadas formas y colores de cerámicas e instrumental lítico.

Por todo el amplio valle del Mayales existen centenares, quizás miles, de montículos que son muestras del vivir de ancestrales poblaciones chontales.

Museo-GAB

Museo Arqueológico Gregorio Aguilar Barea

No se tiene con precisión una fecha de la fundación del pueblo de Juigalpa. Algunas fuentes históricas consideran que esta localidad es de reciente fundación, hasta ubican sus inicios en el período colonial, pues a mediados del siglo XVIII su población no superaba el medio centenar de familias. Sin embargo, es necesario apuntar que Juigalpa, quizás, como población indígena, no estaba limitada a la circunscripción conocida actualmente. El término “gran ciudad”, que algunos estudiosos conceden a su vocablo nativo, puede incluir importantes sitios arqueológicos dispersos por todo el valle del Mayales y sus entornos, entre ellos El Salto, Aguas Buenas, La Pachona, Carca, El Caracol, Amerrique y San Miguelito. Estaríamos hablando, entonces, de una población de antigüedad y extensión mucho mayor de lo estimado hasta el día de hoy.

El historiador nicaragüense Julián N. Guerrero apunta que el asiento original de Juigalpa pudo estar “desde tiempos remotos en la región oriental de la sierra de Amerrique”, pero descarta la posibilidad de una fundación milenaria en el actual sitio de la ciudad.

Aun cuando no tenemos un origen preciso de Juigalpa, lo cierto es que esta población puede sumarse a la lista de pueblos chontales cuya historia está pendiente de escudriñarse: Carcas, Mayales, Amerriques y Lovigüiscas, todos ellos habitantes del quebradizo y vasto territorio de nuestro departamento.

El año de 1539 puede considerarse como la irrupción anónima de Juigalpa a las páginas de la historia escrita, pues ese año, los capitanes españoles Alfonso Calero y Diego Machuca desembarcan en la isla La Ceiba (isla Grande, frente a Puerto Díaz) y posteriormente navegan frente a Punta Mayales. Este hecho constituye el primer reconocimiento de las costas juigalpinas en el lago Cocibolca.

De la actual población, se tiene referencia que, en 1659, Jerónimo Villegas, alcalde de Juigalpa, solicita tierras para los ejidos del pueblo. La solicitud fue presentada ante el Corregidor de Sébaco y Chontales, Capitán Francisco de los Ríos. El costo fue estimado en “veinte pesos de a ocho reales”. El Capitán General del reino de Guatemala don Sebastián Álvarez Alfonso Rosica de Caldas firma el título provisional de las tierras solicitadas por Jerónimo Villegas. Era el año 1668.

Sucesivas peticiones siguieron en este largo proceso de conformación de las tierras requeridas para la creciente población: 1673 – tres caballerías (pago de 12 tostones). 1707 – una caballería y confirmación de Título por 11 caballerías al pueblo de Juigalpa. 1865 – 60 caballerías. 1883 – quince caballerías. 1897 – 1,500 hectáreas.

Las 60 caballerías de tierra otorgadas a Juigalpa en 1865 fueron ordenadas por el Senado y la Cámara de Diputados de la República a través de un Decreto que rezaba en su primer artículo: “Se concede a la villa de Juigalpa, en Chontales, para la reedificación de su iglesia y ornamentos de la misma, los terrenos baldíos que existan en los potreros de «Murra,» sin exceder de sesenta caballerías”.

La construcción de la primera iglesia de Juigalpa se remonta al período 1648 – 1699. El templo tenía paredes de adobe, techo de paja y piso de tierra. El padre Reno María, administró la Iglesia. Cinco años después, en 1704, Fray Alonso Cáceres es nombrado como el primer sacerdote de Juigalpa. En 1742, Francisco de Posada, Corregidor de Sébaco y Chontales registra en un informe su visita al “Pueblo de Nuestra Señora de la Asunción de Juigalpa”.

El rango de Villa es otorgado en 1862 y en 1877 fue nombrada de manera definitiva como cabecera del departamento de Chontales. Dos años después, en 1879, obtiene el rango de ciudad.

Expresiones y manifestaciones artísticas

 Tradiciones y música

Traje-Típico-de-Juigalpa

Traje típico de Juigalpa

La música representativa del municipio son los sones de toros, interpretados por bandas filarmónicas o chicheros. Los más populares son Los Paiwas, Banda Central, Chico Díaz, Los López y Los González. Ellos animan todos los eventos y actividades socioculturales del pueblo.

Los grupos filarmónicos más reconocidos son los Chicos Díaz, la Familia González con su músico más popular Juan Manuel González, Los Jicaritos, Los Paiwas, Banda Chontal y Río Latino.

En el acervo musical de Juigalpa sobresalen los nombres de Rolando Chacón, “Jicarito”; Victorino Amador, Teófilo García, el acordeonista Juan Manuel González, Ernesto Montoya, José Dimas Galagarza, Hernán Flores, José Galagarza, Rubén Rivas Rubio, Alfonso Flores, Rolando Flores, Esperanza Cruz, Boanerges Ríos, Francisco “Chico” Díaz, Manuel Flores, José Inés Nicaragua, Juan García, Blue Star, Rítmicos del Clan, Río Latino y Mayales.

Las nuevas generaciones saben del Trío Cal y Canto, integrado por Félix Pedro Rivas, Bayardo Serrano y Carlos Nicaragua Duarte; La Trova, Barro Crudo, La Gran Ciudad, Tony William.

Los profesores José Vidal Tinoco Herrera y José Felipe Nicaragua realizan una notable labor en la educación musical, pues imparten clases de guitarra, piano, violín, flauta y canto.

Danza

Con un amplio reportorio artístico se destacan: Escuela Municipal de Danza de la Alcaldía de Juigalpa, Escuela de Danza Xuctlicallipan de la Casa de la Cultura Gregorio Aguilar Barea y la Academia de Danza Lovigüisca de la UNAN-FAREM Chontales.

Letras e intelectualidad

Juigalpa cuenta una notable lista de educadores, poetas, ensayistas, historiadores y promotores culturales.

Este municipio es la cuna de Josefa Toledo de Aguerri, Mujer de las Américas (1950), transformadora de la educación nacional y primera feminista de Nicaragua; y de Eduardo Avilés Ramírez, escritor, periodista y cronista que trascendió nuestras fronteras.

Guillermo Rothschuh Tablada es un maestro de generaciones, poeta, ensayista y dariano.

Gregorio Aguilar Barea fue un multifacético intelectual: pintor, cuentista, poeta, arqueólogo, músico y promotor de proyecto socioculturales, como el Museo Arqueológico que lleva su nombre.

Omar J. Lazo Barberena, nacido en La Libertad, escribió notables obras históricas para Chontales. Fue comunicador, poeta y hombre religioso.

El profesor Miguel de Castilla Urbina fue un destacado educador, poeta, investigador y revolucionario.

La lista de escritores incluye a: Marvin Calero (poeta y cuentista), Alexander Zosa – Cano (de Santo Domingo, poeta, investigador, ensayista y docente), Bayardo Serrano (poeta y declamador), Santiago Molina Rothschuh (escritor y poeta), Abel Horacio García Calero (poeta y fabulista) y Marlon Vargas Amador (historiador, investigador, explorador y promotor cultural).

El profesor Erwing De Castilla Urbina es un maestro de generaciones, promotor cultural y un alcalde progresista y revolucionario.

La educación juigalpina encuentra en el profesor Juan Sánchez Guevara uno de sus mejores exponentes. Recibió la Medalla Presidente de la República y la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío (2020).

Ricardo Gómez es un maestro de las artes plásticas en Nicaragua. Julio Madrigal, Luis Larios, José Andrés Centeno López, Astrid Paniagua y Esperanza Jarquín son otros reconocidos artistas del lienzo y el pincel.

Carlos Nicaragua es un reconocido diseñador de trajes de fantasía que ha conquistado premios internacionales.

Juigalpa también es una tierra de artesanos como Carlos Abarca, Adrián Cruz, Miguel Ángel López Otero, la familia Rodríguez, Javier Amador, Bismarck Oporta, Francisco Pérez, Miguel Rodríguez, Agustín Saballos, Enrique Galeno, Mario Mora, Francisco Avilés, Armando Galán, Yerling Fabiola Díaz Campos y Roger Vivas.

Como parte de su cultura ganadera y rural, en el municipio se pueden encontrar ganaderos, campistos, agricultores, arrieros, güirileras, y talabarteros. A ellos se agregan zapateros, ebanistas, costureras y artistas de la bisutería.

Entre los personajes populares se menciona a doña Delia Vargas (q.e.p.d), tradicionalista promotora de las fiestas de San Caralampio. Napoleón Ugarte, explorador y amplio conocedor de la arqueología chontaleña. Los Piperos quedaron impregnados en la memoria pueblerina porque eran los encargados de la distribución del vital líquido requerido en los hogares juigalpinos, antes de la llegada del agua potable a la ciudad. Sinforoso Balladares (Bocho), el único sobreviviente, fue acompañado por «Catucho» (Alejandro Castilla) y «Tumbo» (Indalecio González). Ellos recorrieron las polvorientas calles de la vieja Juigalpa para ofrecer a «chelin» el cántaro de agua. Antonio Urbina, “Toño Pipero, también formó parte de este selecto grupo de personajes.

Catarrán, Vicente Hurtado, ha sido considerado “maestro mágico de la tradición taurina de Chontales”. Es la representación del mítico campisto chontaleño: sorteador, dicharachero y hombre de campo.

Isabel, Chabelo, García fue un notable hípico y domador de caballos.

Murales y mosaicos de Juigalpa

Museo Gregorio Aguilar Chontales

Museo Gregorio Aguilar

En los parques y miradores de la ciudad se encuentran coloridas y llamativas obras de arte que reproducen escenas de la cultura e historia del pueblo.

Los murales del mirador Palo Solo fueron pintados por Julio Madrigal, con apoyo de Ulises Urbina, y reflejan la evolución social del municipio y episodios de la resistencia indígena.

En el Parque Central se conservan muchos mosaicos del maestro Ricardo Gómez. En todo el muro perimetral de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción el mismo artista elaboró un prolongado mosaico que representa la creación del mundo.

Otros importantes murales pueden ser apreciados en la Policía Nacional, Escuela Normal Gregorio Aguilar Barea, Biblioteca Municipal Octavio Gallardo, Quinto Comando Militar, costado sur del antiguo comando y en la Casa de Cultura.

Leyendas

El imaginario popular de Juigalpa conserva leyendas arraigadas a su vida de campo. Entre las más conocidas están: el cacique Chontal, el lagarto de oro, el cerro de la vaca, la coyota Teodora, campistos con cualidades sobrenaturales y hacendados que han vendido su alma al maligno a cambio de abundantes riquezas.

Sitios de interés histórico y cultural

Museo Arqueológico Gregorio Aguilar Barea. Expone la mayor colección de estatuaria indígena de Nicaragua, incluyendo las más altas de Centroamérica. Se inauguró oficialmente en 1967.

El resto de las colecciones están formadas por objetos de cerámica, lítica, piedras de moler, objetos de la época colonial, taxidermia de diferentes especies, colecciones de iconografía y pinturas originales del profesor Gregorio Aguilar.

Museo Comunitario Juigalpan María Ramos. Inaugurado en 2013, su exposición consiste en esculturas prehispánicas en piedra y objetos históricos del siglo XIX y XX, especialmente fotografías de personajes locales y artículos que cuentan la cotidianidad del pueblo. Esta institución ha desarrollado un complejo programa cultural que incluye exposiciones itinerantes, revistas culturales, recitales, simposios, encuentros y el Jueves Literario.

Sitio Arqueológico Aguas Buenas. Es el sitio con mayor cantidad de montículos de Nicaragua, con unas 300 plataformas distribuidas de manera que forman una espiral. En sus entornos se conserva abundancia de petroglifos y restos de arte indígena.

Las tradiciones de los comunitarios se observan en sus construcciones de adobe y de vida sencilla.

Petroglifos-en-Amerrique-(Juigalpa)

Petroglifos en Amerrique

Sitio Arqueológico El Salto. Grandes tumbas indígenas se conservan sobre una altiplanicie ubicada junto al salto del río Mayales. Los resultados de excavaciones realizadas en el año 2003 son expuestos en el Museo Comunitario Juigalpan.

Güegüestepe. Es una pequeña y tranquila comunidad de alfareras. Tejas, cántaros, comales, tazas y alcancía son elaboradas por manos de mujeres laboriosas que conservan un arte escaso en Chontales.

Artesanías

 La talabartería es un arte practicado en la comunidad de San Diego por la familia Amador. Ellos elaboran botas, sillas de montar, polainas y otros productos de cuero.

Miguel Ángel Otero López trabaja afanosamente el bambú para elaborar una gran diversidad de piezas de uso cotidiano y artístico.

Traje típico de Juigalpa. “Indita Xuctlicallipan” fue diseñado Nelly Sevilla. El traje masculino es el “Mítico campisto chontaleño” del diseñador Franklin Mendoza. Ambas propuestas fueron seleccionadas durante el 140 aniversario de Juigalpa (2019) y certificadas posteriormente por el Consejo Municipal.

Los emblemas de la ciudad fueron diseñados por el Prof. Octavio Gallardo García (escudo, 1994) y el Prof. Guillermo Rothschuh Tablada (bandera, 1994).

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2023-01-23T15:44:27+00:00

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